Esta mañana, no, exactamente no mañana, cuando el sol iba a mostrar su cuerpo frío, yo sentía, no yo escuché una voz que susurraba a mi oído izquierda, "veeeeeeen, veeeeeeen, veeeee.."
Y yo fui a la colina pequeña enfrente de mi casa que había ido nunca.
Se tardaría veinte minutos en perder la respiración. Finalmente yo ví a la cima de la colina. El aire estaba fresco, tal vez, gracias a los arboles, yo pienso.
Pero, cuando llegaba la cima, yo encontre el otro mundo. ¡La ciudad de los muertos! Las tumbas eran demasiadas para calcular. Había los aparamientos para ellos y las casas para ellos también. Era commo un mar de muerte. Y, yo, con el sol que ya mostraba su cuerpo, estaba nadando en este mar...
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